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lunes, 23 de septiembre de 2013

La saga de Fray Gian Galeazzo Ruspoli

Todo sobre el Bailío y Gran Prior de Pisa Fray Gian Galeazzo Ruspoli de la milenaria Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, denominada hoy simplemente como Orden de Malta.


Fray Gian Galeazzo Ruspoli es un personaje que en su semblante de fantasma procedente del guerrero de la alegoría de la ilustración ha ido seduciendo a su descendiente Carlo Emanuele Ruspoli con cada una de sus historias, hasta ejercer en él la fascinación que despiertan los grandes detectives de la literatura, como Hércules Poirot o Sherlock Holmes. Gracias a sus investigaciones, el lector podrá profundizar en su universo, en su carácter peculiar, en su exquisita cultura, en su círculo familiar, cargado de luces y sombras. No obstante, Ruspoli siempre es un personaje enigmático, que guarda tras su rostro inescrutable multitud de misterios y talentos desconocidos. Ruspoli nació en 1137 en Siena, en el seno de una noble y adinerada familia toscana. Gian Galeazzo creció junto a sus seis hermanos y cursó sus estudios universitarios en Florencia y Roma. A los veinte años ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, por ser el más joven de los hermanos. El mayor heredó el mayorazgo, el segundo el campo, el tercero fue militar, y las dos hermanas fueron casadas para formar nuevas alianzas familiares. A los diez años dos lamas tibetanos se presentaron en la residencia familiar de Siena y, tras ser aceptados por sus padres, le examinaron por ser la posible rencarnación del lama Shiakamuni, padre de la medicina tibetana. Tras ingresar en la Orden de San Juan cursó estudios de medicina y cirugía, derecho magistral y canónico, entre otras doctrinas y se convirtió en caballero Profeso a los cinco años, tomando los votos solemnes de pobreza, castidad y obediencia. Sin embargo en un momento de pérdida de memoria tuvo hasta una relación con una noble franco-egipcia de la que nació su única hija Ginevra. Tras ejercer durante años la medicina en Tierra Santa, sus extraordinarias capacidades le fueron llevando a otros terrenos, tales como la judicatura de la Orden y sobre todo la in-vestigación que paulatinamente se convierte en su principal actividad por la que es llamado a resolver los casos más difíciles. El ya Fray Gian Galeazzo Ruspoli, héroe de la antigüedad, se convierte en un asombroso investigador de otras épocas. Viaja en el tiempo y en el espacio y puede estar en cualquier parte. Para no defraudar a sus compañeros en sus viajes en el tiempo su cultura fue actualizada convenientemente.

El aspecto físico de Gian Galeazzo Ruspoli impacta a quien le ve por primera vez. Es alto, delgado, esbelto y de maneras elegantes. La distinción que caracteriza su forma de caminar queda reforzada por sus trajes, siempre negros y confeccionados a medida, por las diestras ma-nos de un sastre italiano. Ninguna facción del caballero Profeso pasa inadvertida. Sus ojos, de un penetrante color gris azulado parece que irradian luz por sí solos. Y su cabello, de un rubio plateado y resplande-ciente, contrasta con la oscuridad de su atuendo. Tiene el aspecto, en todas las novelas posteriores a la primera donde se relatan sus primeros años, que recuerda al triste hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes, es decir un hombre que ronda los cincuenta años de com-plexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador, amigo de la oración, la meditación, la caza, las artes marciales  y de la buena condición social. Como dicta su abolengo, los modales y gustos de Gian Galeazzo Ruspoli son distinguidos. Sus pies sólo calzan zapatos elabo-rados en la mítica zapatería artesanal Sebago, que encarga directamente en New England cuando se encuentra en la época adecuada. Asimismo, su paladar es refinado y exigente, por lo que a veces encarga que le manden manjares exclusivos cuando está investigando un caso en cualquier parte del mundo. Y conoce los buenos vinos como un gran sumiller.

Vaya donde vaya, Gian Galeazzo Ruspoli se desplaza con los mejores medios a disposición en la época en la que se encuentre. Cuando Gian Galeazzo Ruspoli sonríe, cosa que sucede en raras ocasiones, algo en su interior permanece gélido e insondable. Su voz es aterciopelada pero con la firmeza del cuero. Su arrogancia no es gratuita. Gian Ga-leazzo Ruspoli ha estudiado tantas disciplinas que su nivel intelectual supera el de todos los que le rodean: domina varias lenguas, muertas o vivas, es experto en medicina, arte, literatura, artes marciales y ciencias esotéricas, y un verdadero maestro en el arte de la meditación. La vastísima cultura de Gian Galeazzo Ruspoli es inabarcable, pero aun así, el Profeso continúa formándose e investigando sobre las más diversas materias.

Su destreza, cultura, inteligencia y valentía han convertido a Gian Galeazzo Ruspoli en un investigador letal e implacable y en un hábil manipulador de la mente humana capaz de adoptar distintas personalidades. No obstante, ha conseguido ganarse la confianza de sus fieles colaboradores, quienes creen a ciegas en las habilidades y la pericia del investigador. Como todos los genios, Gian Galeazzo Ruspoli tiene enemigos que le han marginado y perseguido, e incluso fue torturado, casi muerto, esclavizado, condenado y en prisión. Aun así, quien trabaja con él comprende de inmediato que se encuentra ante un caballero Profeso sorprendente, un investigador superdotado, una mente única, compleja y clarividente al servicio de los necesitados y de la justicia.

Estas son las novelas históricas protagonizadas por Gian Galeazzo Ruspoli y su hija Ginebra hasta el momento:

1. El Profeso: 684 páginas en formato A5, 185.000 palabras. Sinopsis: es la epopeya vivida por un caballero medieval de la Orden de San Juan, Fray Gian Galeazzo Ruspoli, medico y cirujano, enviado al Hospital de Jerusalén, ascendido a Bailío, luego a medico de la Casa Real, luego a Apóstol de la Vera Cruz. Participó desde entonces en todas las batallas del Reino Latino de Jerusalén contra los musulmanes, pro-tegiendo la santa reliquia al frente del ejército. Vivió grandes aventuras, desveló algunos de los mayores secretos de la antigüedad, sufrió pruebas extremas. El relato de sus hazañas es el resultado de las múltiples entrevistas del espíritu del guerrero antepasado con el mismo autor de la obra. Abarca temas de religión, historia, política, guerras, batallas, onírica, medicina, meditación, magia, esoterismo, viajes astrales, su-perstición, locura, traiciones, torturas, reliquias, esclavos, asesinos, amazonas, amor, etcétera, y catarsis final del protagonista que regresa finalmente a su tierra de Toscana treinta años después de haberla deja-do por la Orden para tomar las riendas del Gran Priorato de Pisa. La novela arranca desde la infancia hasta la madurez del protagonista.

2. Asesinato en el Letrán: 511 páginas en formato A5, 95.100 palabras. Argumento: el Gran Prior y Bailío de Justicia, Fray Gian Galeazzo Ruspoli se encuentra en Roma en el año 1188, acompañando a su Gran Maestre, Fray Garnier de Naplouse procedente de Chipre, para presentar el nuevo Código y los Estatutos de la Orden de San Juan adaptados a las nuevas circunstancias tras las perdidas del Hospital de Jerusalén y de las Encomiendas de Tierra Santa. Un suceso inesperado y de consecuencias imprevisibles trastoca su estancia, el Arzobispo designado Baldwin de Canterbury, amigo personal del Gran Maestre, que viajó en la galera de la Orden con ellos desde Pisa, ha sido asesinado y han desaparecido las reliquias y los tesoros de incalculable valor que el alto prelado llevaba consigo para Su Santidad, Clemente III. A los dos hermanos de Justicia de la Orden se les encarga la resolución de este trágico suceso, aparentemente sencillo, porque el principal sospechoso es otro hermano de Orden y Capellán Conventual, que ha sido apresado huyendo cerca del palacio de Letrán, lugar de los hechos. Sin embargo GG en su nueva responsabilidad de investigador, se resiste a aceptar y confirmar esta culpabilidad porque hay demasiados cabos sueltos, y muchos sospechosos envueltos en una trama en la que se entremezclan horrendos crímenes del pasado, locos sueños de grandeza y oscuras ambiciones de poder.

3. Muertes de Profesos. 589 páginas en formato A5, 141.500 palabras. Sinopsis: El Gran Prior y Bailío de Justicia, Fray Gian Galeaz-zo Ruspoli, durante sus oraciones diarias en la capilla del Gran Priorato de Pisa, tras regresar de Roma donde pudo descubrir quién asesinó al arzobispo designado de Canterbury, percibe la visión de un Ángel que le comunica que la Orden de San Juan a la que pertenece necesita de sus servicios como monje guerrero e investigador en el futuro. Sorprendido ante esta petición que abre nuevas perspectivas a su vida, no puede evi-tar que la curiosidad se adueñe de él. El Ángel le cuenta entonces la historia de la Orden de Malta y sus cinco siglos de lucha encarnizada contra el Islam. Pero añade que su carácter militar acabó a principios del siglo XIX con la pérdida de sus últimas posesiones territoriales del archipiélago Maltés. La Orden había olvidado por completo su faceta militar y se había centrado desde entonces en sus obras hospitalarias, religiosas y culturales. Sin tener un adecuado cuerpo de seguridad, se encuentra inerme y no puede oponerse a una complicada trama que podría acabar en primer lugar con la vida de algunos de sus ilustres caballeros profesos investigadores de la historia de Jesús y de confir-marse sus investigaciones podría minar los cimientos de hasta la misma Iglesia. Pero antes de todo el Ángel le pone al corriente de los cambios en el mundo debido al progreso, para que no se encuentre desfasado y pueda manejarse perfectamente en una época diferente. Gian Galeazzo acepta dichoso e ilusionado ante el reto, comunica al Ángel que su vida está al servicio de Dios y se ve al instante proyectado hacia el año 2.000, ocho siglos después de la época en la le tocó vivir. Tiene que luchar con relación a los servicios secretos israelíes, palestinos, vaticanos, la sociedad secreta San Pío V y sobre todo contra el relajamiento de las costumbres de la Orden dividida entre sus loables y enconados es-fuerzos hacia los necesitados y sus señores los enfermos, mientras muchos de sus dirigentes se dedican a una vida mundana donde sobre todo prevalece la pedantería y la vanidad. Las normas se han relajado y ya no existe la dura selección que la Orden exigía antaño a sus aspirantes y novicios. Su Gran Maestre Fray Andrew Bertie es un agradable señor inglés, antiguo profesor de catequismo y virtual experto en artes marciales, que vive tranquilamente dedicando la mitad del año a sus descansos y reposos y no quiere que su rutina se altere bajo ningún pretexto. Los historiadores profesos encontrarán datos inquietantes que podrían cuestionar la divinidad de Jesús sobre la que se basan los ci-mientos de la iglesia. Por ello la Iglesia tiene sumo interés en silenciar todo lo que contradiga a la doctrina oficial que defiende desde hace dos milenios. El cardinal protector de la Orden convoca al Gran Maestre pa-ra que acuda a la llamada del poderoso cardinal alemán prefecto de la congregación de Doctrina de la Fe, quien gobierna por delegación de Su Santidad, un gran Papa de origen polaco, los aspectos espirituales y hasta temporales de la Iglesia. Este es por lo tanto el peligroso marco donde se desarrollará la labor del Profeso quien deberá aportar todas sus virtudes y habilidades para evitar un desenlace trágico. ¿Logrará Gian Galeazzo llevar a cabo su misión celestial? ¿Cambiará la historia de la Iglesia? La acción se desarrollará en tiempos distintos. Por un lado la vida de Jesús y sus apóstoles en su época y después de su muerte, por otro la contemporánea a la acción de Gian Galeazzo, pasando por la historia intermedia, siguiendo la pista a ciertos datos a través de la his-toria y los siglos, donde intervendrán hasta los caballeros del Temple.

4. El Profeso en Tíbet. 931 páginas en formato A5, 200.600 palabras. Sinopsis: Acudiendo a una petición de ayuda astral formulada personalmente por el Dalai Lama, el Gran Prior y Bailío de Justicia Fray Gian Galeazzo Ruspoli tendrá que viajar a unos monasterios remotos del Tíbet para esclarecer una amenaza de tiempos lejanos y enfrentarse a un enemigo que nadie nunca ha visto. El robo de un artefacto único y misterioso, tendrá que ser resuelto por el Gran Prior de Pisa acompañado por Lobsang Daizin, un Lama médico. Las peripecias sufridas por Fray Gian Galeazzo van desde un atentado con bomba sufrido que casi le cuesta la vida, hasta la persecución implacable del ejercito rojo chino y de otras grandes aventuras. ¿Logrará Fray Gian Galeazzo cumplir con la ardua petición de ayuda del Dalai Lama? ¿Por qué Gian Galeazzo siempre está disponible para ayudar siempre de forma desinteresada a las causas justas? Uno de los grandes e inquietantes secretos acerca de la vida de Jesús encontrará también una explicación en este libro. En la novela hay una introducción con una descripción de las principales características de la religión y cultura tibetana a fin de agilizar la comprensión de su lectura. El autor, Carlo Emanuele Ruspoli, un historia-dor y estudioso hechizado por su extraordinaria religión y cultura mile-naria, reclama la devolución del Tíbet a los Tibetanos. En la novela hay un glosario y explicaciones para facilitar al lector una comprensión de la religión y cultura tibetana.

5. El Profeso y el diablo: 594 páginas en formato A4, 181.000 palabras. Sinopsis: La policía de homicidios de Nueva York solicita al Arzobispo Monseñor Timothy Dolan de la diócesis metropolitana la colaboración de un investigador de la Iglesia Católica por las peculia-ridades observadas en unos asesinatos que parecen obra de Lucifer. El Arzobispo no dispone de nadie que pueda ayudar pero oyó hablar en los ambientes de la curia vaticana de un hombre extraordinario en la Orden de San Juan, un Profeso, así que llama al Presidente de la Asociación Norteamericana de la Orden de San Juan, Fray Edward Mac Pherson para solicitar su ayuda. Mac Pherson, cuya vida había salvado el Gran Prior y Bailío de Justicia Fray Gian Galeazzo en Roma unos años antes, se pone en contacto con su gran amigo y hermano de Orden, utilizando el sistema que le había sugerido entonces Gian Galeazzo, es decir mediante  los lamas del Kadampa Meditation Center de Nueva York, ubicado en medio de 82 acres en el precioso valle del río Delaware en Glen Spey, a unas dos horas en coche de Nueva York y a tan solo unos minutos de las fronteras de Nueva Jersey y Pensilvania. Pero además de dedicarse a la oración y a la enseñanza, los lamas han desarrollado un sistema de meditación trascendental cuántica que permite trasladar personas en el espacio y en el tiempo. De esta manera traen a petición de Fray Mac Pherson a Fray Gian Galeazzo Ruspoli que deberá enfren-tarse a la inexplicable muerte de un famoso crítico de arte. Esta vez le acompañará el detective de origen italiano de la policía neoyorkina asig-nado al caso. El cuerpo del asesinado se encontró en una habitación cerrada con llave desde dentro, con la marca de un crucifico grabada a pecho sobre su pecho, la huella de una garra en la pared y un insopor-table olor a azufre. ¿Será obra del diablo? La investigación le llevará de vuelta a su tierra de Toscana donde Gian Galeazzo se verá obligado a enfrentarse con fuerzas desconocidas hasta ser víctima y padecer una venganza abominable. Y no está nada claro que consiga sobrevivir…

6. El Profeso y el emperador: 406 páginas en formato A4. 138.000 palabras. Sinopsis: Tras regresar de una estancia en Italia, completamente restablecido, Gian Galeazzo se encuentra con su hija Ginebra en la casa gótica de la familia Ruspoli en Nueva York. Ginebra está catalogando la importante biblioteca Ruspoli de unos 100.000 vo-lúmenes incluyendo incunables, pergaminos, documentos y cartas anti-guas. En ese momento su hija está estudiando los tomos de la historia del Imperio Romano centrada con la crisis del siglo III y somete a su pa-dre a una pregunta inquietante. ¿Conseguirán los persas frenar la ex-pansión del mundo cristiano con su invasión? ¿Afectará al imperio ro-mano quien proclamará el cristianismo con el edicto de Milán en el año  313 como religión oficial solo dos generaciones después? En Anatolia, año 269 d.C.: el emperador ilirio Claudio II el Gótico se encuentra cercado por los persas en la ciudad de Edesa. Decidido a lograr un acuerdo con sus enemigos, sale de las murallas acompañado de su guardia, al mando de Aureliano; pero los persas, traicionando la inmunidad de los negociadores, apresan a los romanos y los obligan a hacer trabajos for-zados en una mina. Gian Galeazzo decide entonces acudir a la ciudad de Edesa para intentar salvar al emperador disfrazado para la ocasión como una rencarnación de Rómulo, el fundador de Roma con Remo, hijo del dios mitológico Marte y nieto de Júpiter. Pero al darse cuenta que es probable que tuviera que ayudar a los romanos en caso de que no consiguiera evitar el engaño hacia el que iban encaminados de forma inexorable, decide optar por un disfraz que sirva para poder estar con la oposición. Se decide por ser el príncipe Songtsen, hijo del rey Nyatri Tsenpo  para los persas. Ese rey fue el fundador del reino de Yarlung, que es el nombre tibetano del río Brahmaputra, que nace del monte sa-grado Kailash, en el Tíbet occidental y fluye paralelo al Himalaya en un valle muy largo. Junto con Aureliano y sus hombres que logran escapar de los trabajos forzados y burlar a sus perseguidores, también gracias a la ayuda de otro extraño personaje. Este procede de un remoto país, del que Aureliano apenas había oído hablar antes: China, el Imperio del Centro. China, con sus bellos paisajes, sus extrañas costumbres y sus técnicas de lucha, tan sorprendentes como eficaces, fascina a Aureliano, y más aún después de enamorarse de Fan Bingbing, su guía en el mágico y misterioso país. Las aventuras de los tres, los contrastes de sus culturas, sus amores, son la base de esta vibrante y cautivadora novela, en la que la aventura se conjuga con los sentimientos y con una historia que, no por ser sorprendente y poco conocida, es menos real. La legión perdida de Craso, o simplemente la legión perdida, es el nombre con que se conoce a una hipotética legión romana compuesta por parte de los cerca de 10.000 legionarios hechos prisioneros tras la batalla de Carras por los partos en el año 53 a. C. Esta legión, «perdida» para los historiadores romanos, reaparecería supuestamente en las crónicas chinas en el año 36 a C. Durante la época del agitado triunvirato de Julio César, Pompeyo y Craso, éste último se hizo cargo de la campaña contra los partos y avanzó por la actual Turquía al frente de un impo-nente ejército de 42.000 soldados; los romanos que lidera están com-puestos por siete legiones, 4.000 arqueros y 4.000 jinetes galos, y se creen capaces de escarmentar a la temida caballería parta, que es el cuerpo principal del ejército enemigo. Pero éstos fueron derrotados en Carras (la actual Harrán, Turquía) por el ejército parto, siendo humilla-do el ejército más poderoso del mundo de entonces, dieron muerte al triunviro Craso e hicieron prisioneros a más de 10.000 de sus soldados. A caballo entre la realidad y la leyenda, se sabe por Plutarco y Plinio el Viejo que estos hombres fueron conducidos al extremo oriental del Im-perio parto, en la antigua Bactriana (el actual Afganistán), siendo la mayoría esclavizados o condenados a trabajos forzados. Pero los partos conservaron algunas unidades dispuestas a seguir combatiendo a cambio de no ser condenados a muerte o a la esclavitud. Así, una parte de la legión cautiva fue mandada a las proximidades del río Oxus (hoy Amu Daria) en la Bactriana (el actual Turkmenistán) para luchar contra los hunos, desapareciendo allí su rastro. El caso es que, tras la firma de la paz entre romanos y partos en el año 20 a. C., se estableció el retorno de los prisioneros, pero ya entonces se desconocía totalmente dónde estaban los efectivos supervivientes de las derrotadas legiones de Carras, pese a los esfuerzos que se dedicaron a su recuperación de los soldados apresados. La hipótesis de Liqian. En 1955, el historiador y sinólogo estadounidense Homer Hasenpflug Dubs, en una conferencia impartida en Londres titulada «Una ciudad romana en la antigua China», afirmó haber encontrado el destino de estos legionarios, encajando los datos de Plutarco y Plinio el Viejo con las crónicas históricas de la dinastía Han, que reinó en el Imperio Han de China entre los años 25 y 220 de nuestra era. Según este investigador, la legión perdida reaparece en las crónicas chinas de la dinastía Han en el año 36 a. C. En ese año el general Gan Yanshou emprendió una campaña militar en los territorios fronterizos occidentales, la actual provincia de Xinjiang, contra los nómadas xiong nu, antecesores de los hunos, por Bactria y el río Oxus. Las crónicas de esta campaña, que nos ha llegado a través del historia-dor y biógrafo del general chino Gan Yanshou, Ban Gu, que participó en aquella contienda, han hecho pensar a algunos expertos que los defen-sores de la ciudad de Zhizhi (actual Dzhambul, cerca de Taskent, en Uzbekistán), eran miembros de la legión perdida. En ellas se menciona una batalla librada por esta ciudad entre el ejército chino y un extraño contingente constituido por soldados veteranos, muy disciplinado y pro-tegido en una fortaleza de madera de forma cuadricular que protegía el asentamiento. Se señala que éstos usaban fortificaciones de empalizadas rectangulares y que entraban en combate perfectamente organizados («alineados y desplegados en una formación como de escamas de pescado») en la puerta de la ciudad, lo que recuerda a la testudo roma-na, en la que los infantes se protegen unos a otros formando con los escudos una especie de coraza. La ciudad de Zhizhi fue tomada final-mente y los 1.000 prisioneros extranjeros fueron deportados a China y asentados en la ubicación de la actual Yongchang (provincia de Gansu, China), en el desierto del Gobi, para proteger las fronteras del imperio chino y a sus habitantes de las incursiones tibetanas. Pero el antiguo nombre de Zhelaizhai, que se encuentra en la provincia de Gansu, ha terminado por sacar a la luz al cabo de dos mil años la historia de la legión perdida. El nuevo lugar en que fueron asentados los prisioneros fue llamado por decreto imperial Li-Jien o Liqian; el topónimo, docu-mentado por primera vez en el año 5 d. C., no es sino una variante chi-na de «Legión», un nombre que además era el usado por los chinos para referirse a Roma desde que los antiguos chinos tuvieron noticias de su opulencia y poder a través de sus comerciantes en Alejandría. Además, llama la atención este topónimo pues era extremadamente raro que los chinos diesen a sus ciudades nombres extranjeros. Años más tarde, si-guiendo la tendencia confuciana a la rectificación de los nombres, el lugar fue renombrado como Jie-lu, que significa "cautivos". Algunos creen que los descendientes de este contingente fue derrotado y arrasado en el siglo VIII por tropas tibetanas, que en aquel entonces eran mercenarios terribles, auténticos señores de la guerra, pero los estudios genéticos hechos en Li Jian dan pie a pensar otras cosas. En 2001 los diarios Los Angeles Times y L'Express sacaron a la luz unos datos que identificaban un poblado remoto como punto final de la aventura de los legionarios de Craso, demostrando importantes diferencias físicas entre los nativos de la zona y el resto de los chinos. Desde entonces, los aná-lisis de ADN realizados por la Universidad de Lanzhou confirman que un 46 por ciento de los habitantes de Zhelaizhai -entre los que hay ciu-dadanos con ojos azules y verdes, pelos rizados y o de color castaño y pelirrojo, y gente con narices aguileñas- mostraban una curiosa afinidad genética con poblaciones europeas, según informó el semanario francés. Hace años se encontraron en torno a cien esqueletos de hace más de mil años con una altura promedio superior a los 180 centímetros. A pesar de que la existencia de la legión perdida pueda estar más allá del mito, la realidad es que, aun con las posibles evidencias bibliográficas; los análisis de ADN realizados a la población y los restos romanos encontrados en excavaciones arqueológicas (monedas, cerámica, cascos y una gran piedra cúbica que alberga misteriosos restos de estilo occidental. También se sabe de restos de una fortaleza, con 30 metros de longitud y medio de alto, que según los nativos hasta hace poco más de 30 años, medía más de 100 metros de longitud y era mucho más alta), no existen certezas concluyentes de presencia romana durante este periodo en la China imperial, teniendo en cuenta que Li-Jien fue un puesto avanzado que estuvo localizado dentro de la antigua ruta de la seda.

7. El Profeso y la monja: 393 páginas en formato A4. Más de  114.500 palabras. Novela presentada al premio de novela histórica AL-FONSO X EL SABIO de 2013. Sinopsis: La acción de la presente novela tiene lugar sobre el amplio telón de fondo de la intervención inglesa en España, mientras los hijos del rey Eduardo se preparaban para marchar a Castilla y restaurar a don Pedro el Cruel en el trono. El incidente permite echar un vistazo a la maquinaria económica de la guerra. Los combates intermitentes de la Guerra de los Cien Años tuvieron lugar en suelo francés y los soldados que participaban en ellos no eran miembros de un ejército regular, asalariado en la guerra y en la paz, ni eran todos ingleses; esencialmente eran mercenarios, pagados sólo durante las campa¬ñas activas. Cuando los mandos ingleses se retiraron, muchos de es¬tos soldados fueron abandonados para que encontraran el camino de vuelta como mejor pudieran. Algunos de ellos, que en su patria chica no tenían que esperar más que la pobreza o la servidumbre, o le habían cogido gusto a vivir en el extranjero en las compañías del Príncipe Negro, decidieron quedarse en el continente. Formaron compañías organizadas, llamadas compañías blancas y merodearon por los campos franceses tomando fortalezas y formando mafias de protección, mudándose cuando habían agotado los recursos de una zona. Aunque eran ingleses, bretones, españoles, alemanes y gasco¬nes, sus capitanes casi siempre eran ingleses. Y los jóvenes ingleses, al enterarse de la for-tuna y reputación hechas en estas compañías, veían en ellas una carre-ra potencial, como hace Roger en esta novela. Hay algunos que más adelante se volvieron héroes de Francia fueron arrastrados a estas compañías al comienzo de sus carreras. El bretón Bertrand du Guesclin maduró su técnica de guerra de gue¬rrillas entre los mercenarios. Com-prensiblemente, el pueblo de Francia quería que su rey los librara de aquellos mercenarios que aterrorizaban los campos. Y en 1365 el rey Carlos de Francia vio un modo de hacerlo. Enrique de Trastámara, abanderado de la nobleza castellana, pidió al rey Carlos que lo ayudara contra su medio hermano don Pedro el Cruel, que quería aumentar el poder real y limitar el de la nobleza, apoyándose en los campesinos y comerciantes. Carlos estaba predispuesto con¬tra Pedro, pues se decía que éste había mandado asesinar a su espo¬sa, una princesa francesa, poco después de divorciarse. El papa ha¬bía excomulgado a Pedro como enemigo de la Iglesia; no ayudó que se hubiera hecho amigo de un rey moro de Granada. Así, alentado por el papa, el rey Carlos pidió a Ber-trand du Guesclin, al que había nombrado caballero, que reuniera a las compañías blancas y las con¬dujera al otro lado de los Pirineos para ex-pulsar a Pedro y poner en su lugar al Trastámara. La maniobra fue un éxito. Pero Pedro no tenía intención de aceptar calladamente la de¬rrota: se volvió hacia Inglaterra en busca de ayuda del Príncipe Ne¬gro para recuperar su corona, ofreciéndole un cuantioso pago. Los ingleses esta-ban muy motivados para mantener la poderosa armada castellana como aliada. El Príncipe Negro se preparó en Aquitania y Juan de Gante, du-que de Lancaster, empezó a reunir un ejército de soldados y arqueros para apoyar la empresa. En la novela, Fray Gian Galeazzo Ruspoli, quien había luchado a lado del primer duque de Lancaster, Enrique de Grosmont, y había sido promovido a general por sus méritos, trabaja con sus antiguos conmilitones Doyle y Looper para desarrollar un mé-todo eficaz de preparar a los arqueros que necesita el hijo del rey, Juan de Gante. No sabemos hasta qué punto Charles Douglas  fue espía; a comienzos de la década de 1360-1370 estudió derecho y contabilidad en los Inns of Court y quizá también sirvió un tiempo en el ejército de Lio-nel en Irlanda. Hacia 1367 era caballero de la Casa Real; a fina¬les de aquel año la muerte de Blanche de Lancaster inspiró su primer gran poema, The Book of the Duchess. Respecto de su misión en Navarra he seguido la interpretación que da Donald R. Howard del salvoconducto conservado en los archivos de Pamplona, que autorizaba al poeta a «en-trar, permanecer, trasladarse y salir». En pleno verano de 1355, una joven monja llamada Hyacintha  muere víctima de las fiebres de la ciu-dad de Beverley , siendo enterrada inmediatamente por medio a que se extienda la peste. Un año más tarde, una mujer que afirma ser la monja Hyacintha resucitada, aparece en público pregonando historias deliran-tes sobre milagros y reliquias. Tras la aparición de esa atormentada fi-gura acontecen una serie de muertes misteriosas y el arzobispo de York, intranquilo, le pide al comendador de la Orden de San Juan de la en-comienda local un investigador que pueda explicar los hechos. El co-mendador se pone en contacto con Fray Gian Galeazzo Ruspoli para solicitar nuevamente su ayuda, siendo la persona más adecuada para investigar resolver los misterios. Desde el principio, imaginé a Hyacintha como un personaje ambiguo, según el modelo de María Magdalena. Tal como la describe Susan Haskins en María Magdalena: mito y metáfora, la santa había evolucionado de discípula y amiga de Cristo a prostituta arrepentida que sufrió una larga penitencia como eremita en el desierto: de hecho, en el siglo XlV las referencias a María Magdalena, la María de Marta y María y la prostituta que lava los pies de Cristo habían sido combinadas en un único símbolo y la María Egipcíaca del siglo V también había sido incluida en la mezcla. Es la Magdalena de la medalla que pierde Hyacintha en la primera escena, un regalo del hermano que adora. La medalla es un talismán de la buena suerte. Sirve como recordatorio de que un personaje como Hyacintha no puede ser analizado en términos modernos; su creencia en el poder protector de la medalla es parte de su fe. Lo mismo puede decirse del remordimiento de Hyacintha por haber robado una parte de la leche de la Virgen del con-vento. San Agustín se jactaba de tener tal reliquia, muy popular en una época de gran devoción a la Virgen María y el pueblo creía en el poder de esas reliquias, por las que hacía peregrinaciones para recibir la gracia. Fray Gian Galeazzo, quien ya colaboró anteriormente en aquella región con el anterior duque de Lancaster, esta vez acompañado por su hija Ginebra, con la que se ha establecido temporalmente en York , comprando una casa con jardín para hierbas medicinales y creando una nueva botica para devolver la salud al pueblo, acepta el encargo del arzobispo y ni corto ni perezoso se desplaza a Leeds para entrevistarse con el espía del rey Eduardo, Charles Douglas, quien le pone sobre la pista de un grupo de soldados mercenarios sospechosos de intentar traicionar el rey por encargo de la poderosa familia Wentworth. Mientras tanto, Ginebra Ruspoli procura que la monja le explique la verdad y le confiese el terrible secreto que compartía con su hermano. Armonizando con una elaborada reconstrucción del siglo XIV con una intriga apasionante, El Profeso y la monja es el séptimo de los casos resueltos por Fray Gian Galeazzo Ruspoli lleno de colorido y de emoción. For-malmente hay que indicar que el siglo XIV comprende, lógicamente, los años 1301-1400, ambos incluidos. Es sin duda uno de los más nefastos de la historia de la humanidad, el siglo está marcado por las graves pla-gas y las guerras que asolaron casi toda Europa. Entre 1315 y 1317 se produjo la denominada Pequeña Edad de Hielo que acabó con miles de cosechas causando miseria y hambrunas. A mediados de siglo, entre 1348 y 1355 hubo un brote de peste bubónica, denominada «peste ne-gra» que acabó con un tercio de la población europea. Por si esto fuera poco, la muerte del último rey de la dinastía de los Capetos en Francia, causó un conflicto europeo por la sucesión, los franceses coronaron a Felipe VI de Valois, primo hermano del fallecido rey capetingio. Pero como es normal, ninguno de los otros pretendientes al trono quedaron satisfechos, Eduardo III, rey de Inglaterra y pretendiente legítimo al trono de Francia, inició las hostilidades con Francia, dando inicio a la Guerra de los Cien Años, la más duradera de la historia de la humani-dad. En el resto de Europa, seguirían los conflictos, en Castilla se pro-dujo una guerra civil por el trono, entre Pedro I de Castilla, apodado "El Cruel", contra su hermanastro Enrique de Trastámara, el conflicto que mantenían Inglaterra y Francia lo trasladaron a Castilla, apoyando uno a cada bando. Por otra parte, el Imperio Otomano seguirá expandiéndose sobre todo a través de los Balcanes, aunque con un muy reducido Imperio Bizantino que aún resistirá las acometidas otomanas.

8. La hija del Profeso: 781 páginas en formato A4. Más de  272.000 palabras. Sinopsis: Durante un tiempo Fray Gian Galeazzo Ruspoli fue incapaz de contarle a su querida hija Ginebra  la verdad sobre la obsesión que ha guiado parte de su vida.  Ahora, entre sus pa-peles, ella descubre una historia que comenzó con la extraña desapari-ción del mentor de Fray Gian Galeazzo, el antiguo Gran Prior de Roma Fray Franz Lobstein que fue anteriormente un importante profesor de historia en varias universidades, la última en La Valletta, y que conoció gracias a su primer traslado en el tiempo . Lobstein le atrajo hacia la vida académica, como una solución para educar convenientemente a su hija en la era moderna, gracias a la capacidad que atesora Fray Gian Galeazzo para desplazarse en el tiempo por medio de una técnica de meditación cuántica aprendida del Dalai Lama . La amistad entre ellos fue consolidándose con el tiempo hasta el punto de que Gian Galeazzo le eligió para que le dirigiera en el perfeccionamiento de su preparación como profesor de historia de novicios en la Academia Internacional y Universidad de La Valletta, Malta. Pero precisamente en La Valletta, Franz Lobstein desaparece. Y es justamente allí donde se encuentra con la mujer de su vida Ileana, hija de Lobstein, hacia la que paulatinamen-te Gian Galeazzo va a sentirse atraído de forma irresistible. Tras las huellas de su querido maestro, Gian Galeazzo recorrió antiguas biblio-tecas en Estambul, en Budapest, monasterios en ruinas en Rumanía, remotas aldeas en Bulgaria... Cuanto más se acercaba a Lobstein, más se aproximaba también a un misterio que había aterrorizado incluso a los poderosos sultanes otomanos y que aún hace temblar a los campe-sinos de Europa del Este. Un misterio que ha dejado un rastro san-griento en manuscritos, viejos libros y canciones susurradas al oído. Para Gian Galeazzo y su hija llegar al final de la búsqueda puede signi-ficar un destino mucho peor que la muerte. Porque a cada paso que dan,  se convencen más de que él les está esperando. Y en sus corazones, retumba una pregunta angustiosa... ¿qué pasará entonces?

9. El Profeso y el Grial: 895 páginas en formato A4. Más de  275.000 palabras. Sinopsis: Esta novela, novena de la saga el Profeso, abarca básicamente tres años de historia medieval. Ambientada en el siglo XIII, va de una Sicilia bajo el dominio de Federico II, a la Europa del Sacro Imperio Romano donde se cruzan en la guerra y en la paz la Iglesia, el emperador, los caballeros del Temple,  los del Hospital y la secta de los Asesinos. El sitio de Montsegur  es el decorado de las pri-meras páginas, donde se hallas los hijos del Grial destinados a reconci-liar las grandes religiones, según está escrito en un gran plan secreto por el que ellos serán los reyes que restablezcan la paz en la tierra. Con las tropas de Luis XI y del papa Inocencio III viene el caballero de Justi-cia de la Orden de San Juan de Jerusalén Fray Gian Galeazzo Ruspoli, el personaje principal  y cronista de los acontecimientos narrados en esta novela histórica. Fray Gian Galeazzo es testigo de cómo el Prieuré, una orden secreta al servicio del Grial, rescata a los hijos del Grial y hasta se ve involucrado en los hechos y obligado a favorecer la fuga. Así comienza para Fray Gian Galeazzo una fantástica y peligrosa odisea que lo lleva en primer término a Marsella, donde los fugitivos le abandonan para refugiarse en el territorio de Federico II. Tras una serie de peripe-cias inolvidables, Fray Gian Galeazzo llega al palacio del Papa; vuelve a huir cuando se descubre que su disfraz de cardenal ya no le sirve; y se gana la confianza de un antiguo superior hospitalario, entonces al ser-vicio de Federico II y vinculado al Prieuré que lo lleva a Otranto, donde vuelve a encontrarse con los hijos del Grial. Pero Clo y Mara tampoco allí están a salvo de los esbirros del papa, y la misión de ir dejando una pista falsa recae en Fray Gian Galeazzo, quien ha de atravesar toda Italia y alcanzar el sur de Alemania, en donde se unirá al nuncio papal, un sanjuanista que viaja de Lyon hacia el este para entrevistarse con el Gran Kan. El plan fracasa. Los elementos naturales no son propicios: en medio de una tormenta la comitiva queda diezmada, Fray Gian Galeazzo regresa a Otranto y recibe la noticia de que el papa ha derrotado en Lyon y depuesto a Federico II. La novela acaba en Constantinopla, y no será aquí donde el editor revelará el desenlace, emocionante e ines-perado. La historia y la ficción, ensambladas como rara vez se lo ha lo-grado en la literatura, cobran dimensiones de pantalla gigante. Pero lo sorprendente es que el complicadísimo intríngulis de tramas, propio de la época y generalmente incomprensible, cobra transparencia en manos de Carlo Emanuele Ruspoli, y el lector no pierde la ilación en ningún momento. Con técnicas narrativas cercanas a las de la cinematografía -no por nada Carlo E. Ruspoli es primo tanto del actor Bart cómo del productor Tao, ambos Ruspoli y hombres de cine - y procurando en todo momento mantener ordenadas las infinitas piezas de este juego entre macabro y apasionante, Carlo Emanuele Ruspoli logra una de las novelas más estrepitosamente interesante de los últimos años, de lectura compulsiva y extraordinariamente amena.

10. El Profeso y los Borjas (en preparación). En pleno Renaci-miento, Fray Gian Galeazzo Ruspoli y su hija Ginebra deciden esta vez viajar para ayudar y desenredar algunas de las maquinaciones e intrigas de los Borgia. La familia Ruspoli vive aún en la Toscana, entre Siena y Florencia, y no ha recalado todavía en Roma, por lo tanto no se producen rivalidades con las grandes familias romanas. Teniendo en cuenta que los Borgia y los Ruspoli estarán entroncados en otra época, Gian Galeazzo, ayudado por su hija, crea el enlace oportuno para con-vertirse en un buen aliado de los primeros. Entonces, establecen y re-gentan una librería que se convierte en el centro de las tramas de Roma. La institución se convierte en un símbolo del clan español de los Borgia, que gobiernan la ciudad con mano de hierro. Las grandes familias romanas que conspiran para conseguir la caída del Papa y de sus ambiciosos hijos Juan, César y Lucrecia, consideran la librería como uno de los objetivos a destruir. Gian Galeazzo y Ginebra son sobriamen-te felices a pesar de las traiciones, complots, adulterios, guerras y ase-sinatos que les rodean y que intentan resolver. Sin embargo Juan Bor-gia, un joven que detiene el poder delegado por su padre, y que no acep-ta negativas se encapricha de Ginebra. A partir de ese momento, padre e hija deberán enfrentarse al poder de sus protectores, los Borgia, para salvar su dignidad. Este es el inicio de unas gestas que llevarán a Gian Galeazzo a luchar junto al Gran Capitán por la conquista de Nápoles; a convertirse en fraile para derrocar a Savonarola en Florencia; a salvar la vida de un hijo de César Borgia; a luchar contra naves corsarias en el Mediterráneo y finalmente a enfrentarse a la Inquisición y a la peste en Valencia.

Por último hay que señalar otra novela histórica ambientada desde la edad media hasta la moderna, El Confaloniero, cuyo personaje principal, Galeazzo Marescotti, héroe de Bolonia, por sus extraordina-rias virtudes, es el inspirador del personaje de Fray Gian Galeazzo Rus-poli. Los Marescotti se entroncaron con los Ruspoli en la edad moderna y los Ruspoli actuales descienden de ellos. Más que una novela histórica se trata de historia novelada, porque la vida de Galeazzo Marescotti es rigurosamente cierta y documentada, en particular en el libro de his-toria Retratos, Anécdotas y secretos de los linajes Borja, Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli del mismo autor, editado por la Real Aca-demia Matritense de Heráldica y Genealogía en mayo de 2011. Otro libro de historia, Los Bellegarde de Saint-Lary ya terminado, se editó digitalmente y se publicará en papel con la misma Academia. Antes de terminar, hay que señalar otros dos libros, Orientalia, un análisis antropológico de una treintena de países de Oriente, y la Comunidad de Propietarios, un libro divertido sobre mis experiencias como arquitecto, aún inédito.










11. El Confaloniero. 535 páginas en formato A5, 88.300 palabras. Sinopsis: es la epopeya medieval vivida por un poderoso linaje italiano de origen escocés, los Marescotti, descendiente del clan Douglas. El primero del linaje, Mario Escoto, hermano de Guillermo, conde Dou-glas y primo del Rey de Escocia, fue valido del emperador Carlomagno, salvó la vida al Papa León III, fue declarado Defensor de la Fe, nombrado Caballero Aurato, Senador de Roma, etcétera y hasta recibió el Anillo del Pescador en agradecimiento a su heroísmo. El emperador Carlomagno en agradecimiento a sus servicios militares le otorgó el rico feudo del condado de Bagnocavallo. El relato de las hazañas de los Marescotti abarca un periodo de seis siglos, al principio con los relatos de su con-dado y luego en Bolonia, y en el mismo hay temas de religión, historia, política, duelos, batallas, arquitectura, medicina, retos, desafíos, magia, esoterismo, superstición, locura, traiciones, torturas, reliquias, amor, etcétera. Los Marescotti, además, fueron los pioneros en Italia a establecer una relación especial con los judíos en la época feudal, acordando su plena integración en la vida pública del condado.



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La saga di Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli

La saga di Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli



Questa è la presentazione del Balì e Gran Priore di Pisa Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, cavaliere del millenario Sovrano Militare Ordine Ospedaliero di San Giovanni di Gerusalemme, di Rodi e di Malta, al giorno d'oggi chiamato semplicemente Ordine di Malta.



Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli è un personaggio che, con il suo volto da fantasma tratto dall’allegoria dell’illustrazione in copertina , ha sedotto passo passo, con ciascuna delle sue storie, il suo discendente Carlo Emanuele Ruspoli, fino a esercitare su di lui un fascino pari a quello che risvegliano i grandi detective della letteratura come Hércules Poirot e Sherlock Holmes. Grazie alle sue ricerche, il lettore potrà immergersi nel suo universo, nel suo carattere personalissimo, nella sua squisita cultura, nel suo circolo familiare carico di luci e di ombre. Nonostante ciò Ruspoli rimane sempre un personaggio enigmatico che nasconde dietro al viso impenetrabile un’infinità di misteri e di talenti sconosciuti. Ruspoli nacque a Siena nel 1137, nel seno di una famiglia toscana nobile e facoltosa. Gian Galeazzo crebbe assieme ai suoi sei fratelli per poi compiere i suoi studi universitari a Firenze e a Roma. A vent’anni entrò nell’Ordine Ospedaliero di San Giovanni di Gerusalemme, perché Gian Galeazzo era il più giovane dei suoi fratelli. Il maggiore ereditò i diritti e doveri di primogenitura, il secondo la proprietà della campagna, il terzo figlio intraprese la carriera delle armi e le due sorelle furono maritate per stringere nuove allianze familiari. Quando Gian Galeazzo aveva dieci anni due lama tibetani, si presentarono alla dimora familiare di Siena e, dopo essere stati accolti dai suoi genitori, lo sottoposero a esame come possible rincarnazione del lama Shiakamuni, padre della medicina tibetana. Dopo la sua entrata nell’Ordine di San Giovanni portò avanti i suoi studi di medicina e chirurgia, di diritto magistrale dell’Ordine e canonico della Chiesa, tra altre dottrine, e divenne Professo cinque anni dopo, pronunciando i voti solenni di povertà, castità e obbedienza. Però in un momento di ... perdita di memoria Gian Galeazzo ebbe una relazione con una nobile franco-egiziana dalla quale nacque Ginevra, la sua unica figlia. Dopo aver esercitato la medicina in Terra Santa, le sue straordinarie capacità lo portano ad altri terreni come la giudicatura dell’Ordine e soprattutto alle indagini, che prendono un ruolo sempre più importante, per cui è chiamato a risolvere i casi più difficili. Già come Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, eroe di tempi lontani, si trasforma in uno straordinario investigatore di epoche diverse. Viaggia nel tempo e può essere ovunque. Per non deludere i compagni che Gian Galeazzo incontra nel corso dei suoi viaggi nel tempo, la sua cultura, si aggiorna opportunamente e costantemente.

L’aspetto fisico di Gian Galeazzo Ruspoli colpisce chi lo vede per la prima volta. È alto, magro, slanciato. I suoi gesti sono raffinati, e i suoi abiti di solito neri, fatti su misura dalle mani sapienti di un sarto italiano, rilevano il portamento elegante con cui cammina. Nessuno dei lineamenti del cavaliere Professo rimane inosservato. I suoi occhi, di un grigio azzurro penetrante, sembrano irradiare una luce propria. I suoi capelli biondi argentati e splendenti contrastano con l’abbigliamento tenebroso. In tutti i romanzi posteriori al primo in cui si raccontano i suoi primi anni, ha un aspetto che ricorda quello del triste “hidalgo” Don Quijote de la Mancha di Cervantes, cioè quello di un uomo sulla cinquantina di complessione vigorosa, secco (come si direbbe in Toscana), dal volto magro; sempre mattiniero, amico dell’orazione, la meditazione, la caccia, le arti marziali e la “buona condizione sociale”. Come detta il suo lignaggio, le maniere e i gusti di Gian Galeazzo Ruspoli sono molto distinti. Ai suoi piedi vedremo soltanto scarpe fatte a mano da Sebago, il famoso calzaturificio a cui le incarica direttamente quando capita nell’epoca adeguata. Il suo palato è raffinato ed esigente, dunque a volte incarica piatti prelibati quando sta indagando un caso, in qualsiasi parte del mondo. E conosce i buoni vini come un gran sommelier.

Ovunque vada, Gian Galeazzo Ruspoli si sposta con i migliori mezzi a disposizione nell’epoca in cui si trova. Quando Gian Galeazzo Ruspoli sorride, cosa che avviene di rado, qualcosa nel suo interno rimane gelido e insondabile. La sua voce è vellutata ma ha la fermezza dell’acciaio. La sua non è un’arroganza gratuita. Gian Galeazzo Ruspoli ha studiato tante discipline che il suo livello intellettuale supera quello di tutti quelli che lo circondano: conosce alla perfezione diverse lingue, morte e vive, è un esperto in medicina, arte, letteratura, duelli marziali e scienze esoteriche, oltre ad essere un vero maestro nell’arte della meditazione trascendentale. La vastissima cultura di Gian Galeazzo Ruspoli è certo ineguagliabile, ma il Professo continua la sua formazione e le sue ricerche nei campi più vari.

La sua destrezza, cultura, intelligenza e coraggio hanno fatto di Gian Galeazzo Ruspoli un investigatore letale e implacabile, oltre a un abile manipolatore della mente umana capace di adottare personalità diverse. Il Professo è sempre riuscito ad ottenere la fiducia dei suoi fedeli collaboratori, che credono ciecamente nelle sue capacità e nella sua perizia. Come tutti i geni, Gian Galeazzo Ruspoli ha nemici che l’hanno marginato e perseguitato, ed è stato torturato quasi fino alla morte, reso schiavo, condannato e imprigionato. Chi lavora con lui capisce immediatamente di trovarsi di fronte ad un cavaliere Professo straordinario, un investigatore geniale, una mente unica, complessa e chiaroveggente al servizio dei bisognosi e della giustizia.

Questi sono i romanzi storici di cui, fino a questo momento, Gian Galeazzo Ruspoli è protagonista, quasi sempre assieme a sua figlia Ginevra:

1.   Il Professo: 684 pagine in formato A5, 185.000 parole. Sinossi: è l’epopea vissuta da un cavaliere medievale dell’Ordine di San Giovanni, Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, medico e chirurgo, mandato all’Ospedale di Gerusalemme, asceso a Balì, poi medico della Casa Reale e infine Apostolo della Vera Croce. Da allora partecipa a tutte le battaglie del Regno Latino di Gerusalemme contro i mussulmani, proteggendo la Santa Reliquia al comando dell’armata dell’Ordine. Vive grandi avventure, svela alcuni dei maggiori segreti dell’antichità soffrendo prove estreme. Il racconto delle sue gesta è frutto delle numerose conversazioni fra l’antenato guerriero e l’autore stesso del romanzo. Include argomenti di religione, storia politica, guerre e battaglie, temi onirici, di medicina, meditazione, magia, esoterismo e viaggi astrali, supertizioni, pazzia, tradimenti e torture, reliquie, schiavi e assassini, amazzoni e amori, fino alla catarsi finale del protagonista che torna in Toscana trent’anni dopo averla lasciata per entrare nell’Ordine e prendere le redini del Gran Priorato di Pisa. Il romanzo racconta la vita del protagonista dall’infanzia alla maturità.


2.    Assassinio in Laterano: 511 pagine in formato A5, 95.100 parole . Argomento: il Gran Priore e Balì di Giustizia Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli s’incontra a Roma nell’anno 1188 con il Gran Maestro Fra’ Garnier de Naplouse per presentare il nuovo Codice e gli Statuti dell’Ordine di San Giovanni, adeguati alle nuove circostanze dopo la perdita di Gerusalemme e delle commende di Terra Santa. Un evento inaspettato e di conseguenze imprevedibili sovverte il loro soggiorno: Baldwin, l’arcivescovo designato di Canterbury, amico personale del Gran Maestro, è stato ucciso, e sono pure spariti le reliquie e i tesori di valore incalcolabile che l’alto prelato portava con sé come doni per Sua Santità Clemente III. Le indagini su questo tragico episodio sono affidate ai due fratelli di Giustizia dell’Ordine. Sembra un caso semplice: primo indiziato è un altro fratello dell’Ordine e Cappellano Conventuale, fermato proprio vicino al Palazzo del Laterano, luogo dell’assassinio, mentre cercava di fuggire. Gian Galeazzo, nella sua nuova veste di “detective”, non è convinto di questa ipotesi perché ci sono troppi dettagli inspiegabili e troppi personaggi sospetti, coinvolti in una trama in cui s’intrecciano orrendi crimini del passato, sogni folli di grandezza e oscure ambizioni di potere.

3. Morte di Professi. 589 pagine in formato A5, 141.500 parole . Sinossi: al ritorno da Roma e dopo ver scoperto l’assassino dell’Arcivescovo designato di Canterbury, il Gran Priore e Balì di Giustizia Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, durante le sue orazioni quotidiane nella cappella del Gran Priorato di Pisa, riceve la visita da un Arcangelo che gli comunica che l’Ordine di San Giovanni, a cui appartiene, ha bisogno in futuro dei suoi servigi come monaco guerriero e come investigatore. Sorpreso da questa richiesta che apre prospettive così inaspettate alla sua vita, non può evitare di essere preda di un’irresistibile curiosità. L’Arcangelo gli narra allora la storia dell’Ordine di Malta e i suoi cinque secoli di lotta implacabile contro l’Islam. Nondimeno prosegue sostenendo che il suo carattere militare si è esaurito nei primi anni del diciannovesimo secolo con la perdita degli ultimi possedimenti nell’arcipelago maltese. L’Ordine aveva dimenticato completamente la sua indole guerriera e da allora si era dedicato alle opere ospedaliere, religiose e culturali. Senza una struttura di sicurezza adeguata è dunque inerme e non ha la capacità di opporsi a una congiura molto intricata, che potrebbe aver inizio con l’assassinio di alcuni degli illustri cavalieri Professi che indagano sulla storia di Gesù. Se i sospetti dell’Arcangelo si confermano, potrebbero perfino venire minate le fondamenta stesse della Chiesa. Eppure prima di tutto l’Arcangelo lo informa dei cambiamenti di un mondo profondamente mutato dal progresso, perchè non si senta sfasato y possa muoversi con disinvoltura in un’epoca così diversa. Gian Galeazzo accetta di buon grado e sente lo stimolo di una nuova sfida, comunica all’ Arcangelo che la sua vita è al servizio di Dio ed è trasportato all’istante all’anno 2000, otto secoli dopo l’epoca in cui era vissuto.  Il protagonista deve lottare con i servizi segreti israeliani, palestinesi, vaticani, con la società segreta di San Pio V e soprattutto contro il rilassamento delle abitudini dell’Ordine, diviso fra il suo esemplare e deciso impegno di aiuto ai bisognosi e ai Signori Malati (come sono chiamati con estremo rispetto) e il comportamento di molti dei suoi dirigenti che si dedicano a una vita secolare frivola e piena di vanità. I principî si sono rilassati e la rigorosa selezione che l’Ordine esigeva in passato agli aspiranti novizi non esiste più. Il suo Gran Maestro Fra’ Andrew Bertie, un signore inglese molto gradevole, professore di catechismo ed esperto in arti marziali, che vive tranquillamente, dedito per gran parte dell’anno all’ozio e al riposo, non vuole che la sua routine sia alterata per nessun motivo. I Professi storiografi che portano avanti le ricerche troveranno dati inquietanti che potrebbero addirittura questionare la divinità di Gesù, cioè le fondamenta della Chiesa, che ha dunque tutto l’interesse a silenziare tutto ciò che possa contraddire la sua dottrina ufficiale, difesa da due millenni. Il cardinale protettore dell’Ordine convoca il Gran Maestro perchè risponda all’appello del potente cardinale tedesco prefetto della congregazione della Dottrina della Fede, che regge per delega di Sua Santità, un gran Papa di origine polacco, le questioni non solo spirituali, ma anche materiali della Chiesa. Questa è dunque la pericolosa cornice in cui si svolge la missione del Professo, che dovrà far uso di tutte le sue virtù e abilità per evitare un risultato tragico. Riuscirà Gian Galeazzo a portare a buon fine la sua missione celestiale? Cambierà la storia della Chiesa? La trama del romanzo è ambientata in epoche diverse: la prima parte inizia con la vita di Gesù e gli apostoli fino a dopo la sua morte, la seconda trasporta Gian Galeazzo ai nostri tempi, per realizzare la sua missione seguendo indizi attraverso la storia e i secoli intermedi. In questo percorso immmaginario vedremo anche l’intervento dei Templari.

4. Il Professo in Tibet – 935 pagine in formato A5, 200.600 parole . Sinossi: per esaudire una richiesta di soccorso astrale invocata personalmente dal Dalai Lama, il Gran Priore e Balì di Giustizia Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli dovrà raggiungere remoti monasteri nel Tibet per delucidare un’antica minaccia e per affrontare un nemico che nessuno ha mai visto. Il furto di un artefatto unico e misterioso dovrà essere risolto dal Gran Priore di Pisa assieme a Lobsang Daizin, un Lama medico. Le peripezie che vivrà Gian Galeazzo sono tante, fra cui l’attentato con bomba da cui prodigiosamente riesce a sopravvivere e la persecuzione accanita dell’Esercito Rosso cinese. Riuscirà Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli a compiere l’arduo mandato del Dalai Lama? Perchè Gian Galeazzo è sempre disponibile per appoggiare le cause giuste in modo totalmente disinteressato? Uno dei grandi, inquietanti enigmi della vita di Gesù, troverà risposta in questo libro. Per farne più agile e comprensibile la lettura, troviamo nell’introduzione spegazioni, caratteristiche e un glossario sulla straordinaria religione e la cultura millenaria del Tibet. L’autore, Carlo Emanuele Ruspoli, storiografo e ricercatore appassionato, ne richiede con questo romanzo la restituzione ai tibetani.

5. Il Professo e il Diavolo: Sono 478 pagine in formato A4, 180.836 parole. Sinossi: la polizia omicidi di New York sollecita all’arcivescovo della diocesi metropolitana, Monsignor Timothy Dolan, la collaborazione di un ispettore della Chiesa Cattolica, dopo aver osservato le caratteristiche inquietanti di assassinî che sembrano opera di Lucifero. L’arcivescovo non ha la persona adatta per questo caso, ma negli ambienti della curia vaticana ha sentito parlare di un uomo straordinario dell’Ordine di San Giovanni, un Professo. Decide allora di telefonare al presidente dell’Associazione dell’Ordine negli Stati Uniti, Fra’ Edward McPherson e chiedere il suo aiuto. McPherson, a cui il Gran Priore e Balì di Giustizia Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli aveva salvato la vita a Roma qualche anno prima, prende contatto con il suo grande amico e fratello dell’Ordine con il sistema che gli aveva suggerito Gian Galeazzo, e cioè attraverso i lama del Kadampa Meditation Center di New York. Il Centro si trova a Glen Spey, in mezzo a ottantadue ettari di campagna, nella splendida vallata del fiume Delaware, a un paio d’ore di macchina da New York e a pochi minuti dai confini del New Jersey con Pennsylvania. I lama si dedicano all’orazione e all’insegnamento, ed hanno anche sviluppato un sistema di meditazione trascendentale quantica che permette di spostare le persone nello spazio e nel tempo . Su richiesta di Fra’ McPherson fanno in modo che compaia Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli per affrontare il caso della morte inspiegabile di un famoso critico d’arte. Accanto a lui troviamo un detective della polizia di New York di origine italiano, a cui quest’assassinio è stato assegnato. Il cadavere è stato trovato in una camera chiusa a chiave da dentro, con un crocefisso inciso a fuoco sul petto, l’impronta di un artiglio sulla parete e un odore di zolfo insopportabile. Opera del diavolo? L’investigazione lo riporterà nella sua Toscana, dove Gian Galeazzo dovrà affrontare forze sconosciute e sarà vittima di un’atroce, malvagia vendetta. E non è per niente chiaro che riesca a sopravvivere ...

6. Il Professo e l’Imperatore: Sono 406 pagine in formato A5, 138.000 parole . Sinossi: al ritorno da un soggiorno in Italia e completamente ristabilito, Gran Galeazzo rincontra sua figlia Ginevra nella casa neogotica della famiglia Ruspoli a New York. Ginevra sta catalogando l’importante biblioteca Ruspoli che conta 100.000 volumi, fra cui incunaboli, pergamene, carte geografiche e documenti antichi. In quel momento sua figlia sta studiando i volumi di storia dell’Impero Romano che riguardano la crisi del III secolo, e pone a suo padre una domanda inquietante: riusciranno i persiani con la loro invasione a frenare l’espansione del mondo cristiano? Che conseguenze avrà per l’Impero Romano la proclamazione, e da parte di chi, del cristianesimo come religione ufficiale nell’anno 313, soltanto due generazioni dopo? In Anatolia, nell’anno 213 d.C., l’imperatore Claudio II il Gotico è assediato dai persiani nella città di Edessa. Deciso a raggiungere un accordo con i nemici, esce dalle muraglie con la scorta dalla sua guardia capeggiata da Aureliano, ma i persiani tradiscono l’immunità dei negoziatori, fanno prigionieri i romani e li costringono ai lavori forzati in una miniera. Gian Galeazzo decide allora di andare a Edessa per tentare di salvare l’imperatore. In un primo momento pensa di apparire come un’incarnazione di Romolo, fondatore di Roma con Remo, figlio del dio mitologico Marte e nipote di Giove. Tuttavia quando si rende conto che probabilmente dovrà aiutare i romani se non riesce a evitare l’inganno verso cui vanno inesorabilmente incontro, decide invece di scegliere un travestimento che gli permetta di infiltrarsi nel bando nemico: quello del principe Songsten, figlio del re Yarlung, (il nome in tibetano del fiume Brahmaputra, che nasce dal monte sacro Kailash, nel Tibet occidentale, e scorre parallelo all’Himalaya in una lunga vallata). Aureliano e i suoi uomini riescono a fuggire ai lavori forzati burlando i loro persecutori anche con l’aiuto di un altro strano personaggio, proveniente da un paese lontano di cui Aureliano aveva appena sentito parlare: la Cina, l’Impero di Mezzo. La Cina, con i suoi paesaggi meravigliosi, le sue incomprensibili, estranee abitudini e le sue arti marziali straordinarie quanto efficaci, affascina Aureliano, e ancora di più quando s’innamora di Fan Bingbing, la sua guida in quel magico e misterioso paese. Le avventure di questi tre personaggi, i loro amori e il contrasto fra le loro culture sono alla base di questo romanzo avvincente e appassionato, nelle quali la trama s’intreccia con i sentimenti e con una storia che, anche se sorprendente e poca nota, non è per questo meno reale: quella della mitica “legione perduta” di Crasso. Composta di circa 10.000 legionari fatti prigionieri dai parti dopo la battaglia di Carras nel 53 d.C., questa legione, “perduta” per gli storiografi romani, sembra riappaia nelle cronache cinesi dell’anno 36 d.C. Durante il convulso triunvirato di Giulio Cesare, Pompeo e Crasso, quest’ultimo, a capo della campagna contro i parti, s’inoltrò nell’attuale Turchia al comando di un imponente esercito romano con 42.000 soldati, 4000 arcieri e 4000 cavalieri galli. Si credeva capace di prendere la rivincita di fronte alla temuta cavalleria parta, il corpo più importante dell’esercito nemico. Eppure furono sconfitti a Carras (l’attuale Harran, in Turchia) dai parti, che umiliarono così l’esercito più importante del mondo a quell’epoca, uccisero Crasso e fecero prigionieri più di 10.000 dei suoi soldati. A cavallo tra la realtà e la leggenda, sappiamo da Plinio il Vecchio e Plutarco che questi uomini furono deportati all’estremo orientale dell’impero parto, nell’antica Bactriana (nell’attuale Afghanistan) e quasi tutti furono fatti schiavi o condannati ai lavori forzati. Tuttavia i parti conservarono alcune unità disposte a continuare a combattere invece di essere condannate a morte o ridotte in schiavitù. Parte della legione prigioniera fu mandata nelle prossimità del fiume Oxus (odierno Amu Daria) in Bactriana (oggi Turkmenistan) per combattere contro gli unni, e da qui si perde ogni traccia. Conclusa la pace fra i romani e i parti nell’anno 20 d.C., si accordò il ritorno dei soldati prigionieri, ma già allora non si sapeva assolutamente dove fossero i sopravvissuti delle legioni sconfitte di Carras, nonostante tutti i tentativi che erano stati fatti per ritrovarli. Ecco l’ipotesi Liquian: lo storiografo e sinologo americano Homer Hasenpflug Dubs, in una conferenza a Londra con titolo “Una città romana nell’antica Cina” affermò di aver scoperto il destino di questi legionari, combaciando i dati di Plutarco e di Plinio il Vecchio con le cronache storiche della dinastia Han, che regnò in Cina tra l’anno 25 e il 220 della nostra era. Secondo questo studioso la “legione perduta” riappare nelle cronache cinesi della dinastia Han dell’anno 36 d.C., anno in cui il generale Gan Yansou iniziò una campagna militare nei territori occidentali ai confini con l’attuale provincia di Xinjian, contro i nomadi xiong nu, da cui traggono poi origine gli unni, proprio nella zona di Bactria e del fiume Oxus. Le cronache di questa campagna, che ci sono state trasmesse da Ban Gu, storiografo e biografo del generale cinese che vi partecipò, hanno fatto pensare ad alcuni esperti che i difensori della città di Zhizhi (attuale Dzhambul, vicino a Taskent, in Uzbekistan) fossero soldati della “legione perduta”. Fa riferimento alla battaglia che si combattè in questa città tra l’esercito cinese e uno strano contingente, formato da soldati veterani, molto disciplinato e difeso da una fortificazione quadrata di legno che ne proteggeva l’accampamento. Racconta come questi guerrieri usassero fortificazioni costruite con palizzate rettangolari ed entrassero in battaglia in modo perfettamente organizzato, “ allineati e schierati in una formazione simile alle squame di un pesce”, alle porte della città. Ricorda la testudo romana, in cui i fanti si proteggevano l’un l’altro formando una specie di corazza con i loro scudi. La città di ZhiZhi finalmente cadde e i 1000 prigionieri stranieri furono portati in Cina, nella zona, dove oggi si trova l’attuale Yongchang (provincia di Gansu), nel deserto del Gobi, per proteggere i confini dell’impero cinese e gli abitanti di quelle regioni dalle incursioni tibetane. L’antico nome di Zhelaizhai ha finito per portare alla luce, dopo duemila anni, la storia della “legione perduta”. Il nuovo luogo d’insediamento dei prigionieri ricevette per decreto imperiale il nome di Li-Jien o Liqian; il suo toponimo, documentato per la prima volta nell’anno 5 d. C., non è altro che una variante cinese di “legione”, parola che era usata dai cinesi per riferirsi a Roma, da quando in tempi remoti gli antichi cinesi ebbero notizie della sua opulenza e del suo potere attraverso i suoi commercianti ad Alessandria d’Egitto. Questo toponimo colpisce perchè era veramente raro che i cinesi scegliessero nomi stranieri per le loro città. Anni dopo, seguendo la teoria confuciana della correzione dei nomi, il luogo fu rinominato Jie-lu, che significa “prigionieri”. Per alcuni studiosi i discendenti di questo contingente furono travolti e sconfitti nel secolo VIII dalle truppe tibetane, che a quell’epoca erano formate da mercenari feroci, autentici signori della guerra. Nonostante gli studi genetici fatti a Li Jian giustificano altre ipotesi. Nel 2001 le testate Los Ageles Times e L’Express portarono alla luce alcuni dati che identificavano un insediamento recondito come destino finale dell’avventura dei legionari di Crasso, dimostrando differenze fisiche notevoli tra i soggetti nati nella zona e il resto dei cinesi. Le analisi di ADN realizzate dall’università di Lanzhou confermano che un 46% degli abitanti di Zhelaizhai – fra cui troviamo persone con occhi verdi o azzurri, capelli ricci e castani o rossi, con nasi aquilini – mostravano una curiosa affinità genetica con le popolazioni europee, secondo l’articolo del settimanale francese. Anni fa furono scoperti un centinaio di scheletri più che millenari con un’altezza media superiore ai 180 cm. Nonostante l’esistenza della “legione perduta” sia entrata a far parte del mito, la realtà è che oltre alle annotazioni bibliografiche, esistono le analisi di ADN e i frammenti romani apparsi negli scavi archeologici (monete, oggetti di ceramica, elmi e un blocco di pietra con resti indecifrabili di carattere occidentale). Si ha anche notizia delle rovine di una fortezza che adesso misura 30 m. di lunghezza e mezzo metro di altezza, e che secondo gli abitanti del luogo fino a una trentina d’anni fa misurava più di 100 metri di lunghezza ed era molto più alta. Eppure è anche vero che non esistono prove esaurienti della presenza romana nella Cina imperiale all’epoca di cui stiamo parlando, e bisogna ricordare che Li-Jien era un centro abitato che si trovava sull’antica rotta della seta.

7.   Il Professo e la monaca: Sono 393 pagine in formato A4, 114.419 parole . Questo romanzo, su richiesta della casa editrice Martínez Roca del Gruppo Planeta che convoca l’importante concorso, fu da me presentato al premio di romanzo storico ALFONSO X EL SABIO nel 2013. Non vinse, ma fu finalista. Sinossi: l’azione di questo romanzo si svolge sull’ampio scenario dell’intervento inglese in Spagna, mentre i figli del re d’Inghilterra Edoardo III erano in procinto di allinearsi con la Castilla per restaurare al trono il re Pedro I el Cruel. Questo episodio storico permette di gettare uno sguardo sullo sfondo economico-finanziario di questa guerra. I combattimenti intermittenti della Guerra dei Cent’Anni ebbero luogo in territorio francese e i soldati che vi partecipavano non facevano parte di un esercito regolare con un salario sia in tempi di guerra sia di pace, né erano tutti inglesi. Essenzialmente erano mercenari, pagati dunque soltanto in occasione delle campagne militari in atto. Quando i comandi inglesi si ritirarono, molti di questi soldati furono abbandonati alla loro sorte e finirono per cercare come potevano il cammino di ritorno. Alcuni di loro, che in patria non avevano da aspettare che povertà o servitù, oppure che avevano preso gusto a vivere all’estero con le truppe del Principe Nero, decisero di rimanere nel continente. Formarono “compagnie bianche” e vagabondavano per la campagna francese prendendo alcune fortezze e formando mafie di protezione, per poi trasferirsi quando avevano esaurito le risorse di una zona. Anche se erano inglesi, bretoni, spagnoli, tedeschi o guasconi, i loro capitani erano comunemente inglesi. E alcuni giovani inglesi, come Roger nel nostro romanzo, videro in queste schiere la possibilità di far carriera e fortuna.  In Francia alcuni di loro divennero eroici guerrieri, dopo aver intrapreso quest’avventura in gioventù.  Il bretone Bertrand du Guesclin perfezionò la sua tecnica di “guerra di guerriglie” fra i mercenari.  I francesi certamente desideravano che il loro Re li liberasse da quelle orde che terrorizzavano le campagne. Nel 1365, il re Carlo V di Francia trovò l’occasione per farlo. Enrique de Trastámara, stendardo della nobiltà castigliana, chiese il suo aiuto contro il fratellastro Pedro I el Cruel, che era deciso ad aumentare il potere della corona e a limitare quello della nobiltà castigliana, appoggiandosi sui contadini e i comercianti. Carlo era predisposto contro Pedro perchè si diceva che avesse ordinato l’assassinio della moglie, la principessa francese Bianca di Borbone, con cui si era sposato nel luglio del 1353. Il matrimonio era durato tre giorni ...  e il Papa Innocenzo VI aveva scomunicato Pedro e lo aveva dichiarato nemico della Chiesa; non fu certo di aiuto che avesse stretto amicizia con il re arabo di Granada. Allora, incoraggiato dal Papa, re Carlo chiese a Bertrand du Guesclin, che aveva nominato cavaliere, di riunire le “compagnie bianche” e di portarle oltre i Pirenei per diroccare Pedro e porre al suo posto Enrique de  Trastámara. La manovra ebbe successo. Tuttavia Pedro non aveva nessuna intenzione di accettare in silenzio la sua sconfitta e si rivolse all’Inghilterra per ottenere l’appoggio del Principe Nero e ricuperare la sua corona, a cambio di una grossa somma. Gli inglesi avevano interesse a mantenere l’alleanza con il potente esercito castigliano. Il Principe Nero preparò la campagna militare in Aquitania e Giovanni di Gant, duca di Lancaster, cominciò a mettere insieme un esercito di soldati e arcieri per appoggiare questa iniziativa. Nel romanzo, Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, che aveva combattuto in precedenza accanto al primo duca di Lancaster, Enrico di Grosmont, ed era stato nominato capitano per i suoi meriti, si adopera con i suoi ex compagni d’armi Doyle e Looper per escogitare un metodo efficace di addestramento per gli arcieri di cui aveva bisogno il figlio del re, Giovanni di Gant. Non si sa se Charles Douglas  fosse davvero una spia. Nei primi anni del decennio 1360 – 1370 aveva studiato diritto e contabilità negli Inns of Court e forse aveva prestato servizio per qualche tempo nell’esercito di Lionel d’Irlanda. Verso il 1367 era cavaliere della Casa Reale; alla fine di quell’anno la morte di Blanche di Lancaster ispirò il suo primo grande poema, The Book of the Duchess.  Per quanto riguarda la sua missione in Navarra, ho seguito l’interpretazione di Ronald R. Howard sul salvacondotto conservato negli archivi di Pamplona, che autorizzava il poeta a “entrare, permanere, spostarsi e uscire”.  In piena estate del 1355 una giovane monaca di nome Hyacintha  muore vittima delle febbri che infestano la città di Beverley , ed è immediatamente seppellita per paura che la peste si diffonda. Un anno piu tardi una donna, che dice di essere suor Hyacintha risuscitata, appare bandendo in pubblico storie deliranti su miracoli e reliquie. Dopo l’apparizione di questa figura tormentata, avviene una serie di morti misteriose e l’arcivescovo di York, pieno d’inquietudine, chiede al commendatore locale dell’Ordine di San Giovanni un investigatore che possa chiarire i fatti. Il commendatore si mette in contatto con Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli per chiedere il suo aiuto, poiché pensa che sia la persona più adatta a risolvere questi fatti enigmatici. Dal principio ho immaginato Hyacintha come un personaggio ambiguo, seguendo il modello di Maria Maddalena, tale come la descrive Susan Haskins. Mito e metafora, la santa aveva vissuto un’evoluzione, da discepola e amica di Cristo a prostituta pentita, con inoltre una lunga penitenza di eremita sofferta nel deserto: infatti, nel secolo XIV i riferimenti a Maria Maddalena, Maria di Marta e Maria e la prostituta che lava i piedi di Cristo erano state riunite in un unico personaggio simbolico e Maria Egiziaca del V secolo era stata compresa in questa fusione. È Maria Maddalena della medaglia regalo del fratello che adora, quella che Hyacintha perde subito all’inizio del romanzo. La medaglia è un talismano della buona fortuna, importante per ricordare che un personaggio come Hyacintha non può essere analizzato in termini moderni; la sua convinzione del potere protettore della medaglia è parte della sua fede. Lo stesso si può dire del rimorso di Hyacintha per aver rubato in convento il latte della Vergine. Sant’Agostino si vantava di avere questa reliquia, molto nota in un’epoca di grande devozione a Maria Vergine in cui il popolo credeva nel potere delle reliquie, e partiva in pellegrinaggio per riceverne la grazia. Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, che aveva già cooperato con il duca di Lancaster in quella regione, è accompagnato questa volta da sua figlia Ginevra. Si sono temporaneamente stabiliti a York , ha comprato una casa con un giardino in cui crescono piante medicinali e ha creato così una nuova farmacia per restituire la salute alle persone. Accetta dunque l’incarico dell’arcivescovo e si reca immediatamente a Leeds per un incontro con la spia di re Edoardo, Charles Douglas, che lo mette sulle tracce di un gruppo di soldati mercenari sospetti di ordire un tradimento al Re su incarico della familgia Wentworth. Nel frattempo Ginevra Ruspoli cerca di persuadere la monaca a raccontarle la verità e a confessarle il terribile segreto che condivide con suo fratello. Fondendo con armonia un’elaborata ricostruzione del secolo XIV e una trama avvincente, Il Professo e la monaca, è il settimo dei casi risolti da Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli in un romanzo pieno di colore ed emozione. Indubbiamente il secolo XIV è stato uno dei più nefasti nella storia dell’umanità, marcato da piaghe gravissime che devastarono quasi tutta l’Europa. Fra’ il 1315 e il 1317 si propagò la cosiddetta Piccola Età del Ghiaccio che distrusse i raccolti provocando fame e miseria. Fra’ il 1348 e il 1355 scoppiò un’epidemia bubbonica, la terribile “peste nera”, che uccise un terzo della popolazione europea. Non è tutto: nel 1328 era morto Carlo IV il Bello, ultimo re Capeto di Francia, e la sua successione aveva provocato un conflitto europeo per la sua successione. I francesi coronarono Filippo VI di Valois, cugino primo del defunto re. Eppure, come c’era da spettarsi, gli altri pretendenti al trono non accettarono questa decisione e Edoardo III, re d’Inghilterra e pretendente legittimo al trono di Francia, decide di brandire le armi dando inizio alla Guerra de’ Cent’Anni, la più lunga nella storia dell’umanità. Nel resto d’Europa i conflitti si susseguirono, e in Castilla scoppiò una guerra civile per il trono fra Pedro I di Castilla soprannominato “ El Cruel” e il suo fratellastro Enrique di Trastámara. L’Inghilterra prese posizone per Pedro I con le truppe del Principe Nero e la Francia sostenne il Trastàmara, per cui la guerra ebbe un nuovo fronte in Castilla. Inoltre l’impero Ottomano porterà avanti la sua espansione soprattutto nei Balcani, con un impero Bizantino molto ridotto che resisterà ancora agli attacchi ottomani.

8. La figlia del Professo: Sono 781 pagine in formato A4, 272.176 parole. Sinossi: per un certo tempo Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli non si è sentito capace di raccontare alla sua adorata figlia Ginevra l’ossessione che l’ha accompagnato durante gran parte della sua vita. Adesso, fra le sue carte, lei scopre una storia che ebbe inizio con l’inquietante scomparsa del mentore di Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli e in passato Gran Priore di Roma: Fra’ Franz von Lobstein. Era stato un professore di storia rinomato in diverse università, e l’ultima era stata quella de La Valletta, dove appunto Gian Galeazzo lo aveva conosciuto grazie al suo primo “viaggio nel tempo” . Lobstein lo attrasse alla vita  accademica, e il nostro protagonista pensò che questa fosse una soluzione ideale per educare nel migliore dei modi sua figlia Ginevra a vivere in un mondo moderno. Ricordiamo che Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli ha la capacità di “viaggiare nel tempo” usando una tecnica di meditazione quantica imparata dal Dalai Lama . L’amicizia con Lobstein si rafforzò con il tempo, fino al punto che Gian Galeazzo lo scelse per dirigere il suo cammino di perfezionamento nella preparazione come professore di storia per i novizi dell’Accademia Internazionale e Università de La Valletta a Malta. Tuttavia appunto a La Valletta Franz von Lobstein sparisce. Ed è proprio lì che Gian Galeazzo incontra Ileana, la donna della sua vita, figlia di Lobstein, dalla quale via via si sentirà irresistibilmente attratto. Seguendo le tracce del suo amato maestro, Gian Galeazzo esplora antiche biblioteche di Istambul e Budapest, monasteri in rovina in Romania, villaggi sperduti in Bulgaria ... più si avvicinavano a Lobstein e più incombeva un mistero che aveva già terrorizzato i potenti sultani ottomani e faceva ancora tremare i contadini dell’Europa dell’Est. È un misterio che ha lasciato una traccia di sangue sui manoscritti, i vecchi libri e le canzoni sussurrate all’orecchio. Per Gian Galeazzo e per Ginevra raggiungere la fine della ricerca può significare un destino molto peggiore della morte. Ogni passo avanti s’intuisce che lui li sta aspettando. E nei loro cuori rieccheggia angosciosa una domanda ... cosa succederà allora?

9.  Il Professo e il Grial: 895 pagine in formato A4. 275.655 parole . Sinossi: questo romanzo, il nono nella saga del Professo, abbraccia tre anni di storia medievale. Ambientato nel secolo XIII, va da una Sicilia sotto lo scettro di Federico II all’Europa del sacro Romano Impero, dove s’incrociano nella guerra e nella pace la Chiesa, l’Imperatore, i cavalieri Templari, quelli Ospedalieri e la setta degli Assassini. L’assedio di Montségur  è lo scenario delle prime pagine. In questo castello si trovano i figli del Grial, destinati a riconciliare le grandi religioni, come si legge in un piano segreto secondo il quale saranno loro i Re che ristabiliranno la pace sulla Terra. Con le truppe di re Luigi XI e del papa Innocenzo III arriva il cavaliere di Giustizia di San Giovanni di Gerusalemme, Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli, il nostro personaggio principale e cronista delle vicende narrate in questo romanzo storico. Egli è testimone di come il Prieuré, un ordine segreto al servizio del Grial, riscatta i figli del Grial, ed è perfino coinvolto nei fatti e costretto a facilitare la loro fuga. Così ha inizio per Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli una straordinaria, pericolosissima odissea che lo porta prima a Marsiglia, dove i fuggiaschi lo abbandonano per rifugiarsi nel territorio di Federico II. Dopo una serie di peripezie indimenticabili il protagonista Fra’ Gian Galeazzo, fugge dal castello del Papa a Civitavecchia, da dove deve fuggire quando scopre che il suo travestimento da cardinale non è più utile. Ottiene la fiducia di un vecchio superiore ospedaliero che è al servizio di Federico II e vincolato al Prieuré e che lo porta a Otranto, dove ritrova i figli del Grial. Tuttavia Clo e Mara non sono al sicuro dagli sbirri del Papa, e la missione di lasciare una pista falsa ricade su Fra’ Gian Galeazzo, che deve attravesare tutta l’Italia fino al sud della Germania per incontrare il nuovo nunzio del Papa, un cavaliere di San Giovanni che viaggia da Lione verso est per un’intervista con il Gran Kan. Il piano però fallisce. La natura non è propizia, e scatena una tempesta che decima la comitiva. Fra’ Gian Galeazzo torna a Otranto, dove riceve la notizia che il Papa ha sconfitto e deposto Federico II. Il romanzo finisce a Costantinopoli, e non sarà qui che l’autore svelerà “come va a finire”, ma sarà certo un finale emozionante e inatteso. La storia e la trama del romanzo s’intrecciano come raramente si è riuscito a fare nella letteratura, e prendono le dimensioni di uno schermo gigante. Eppure la cosa più sorprendente è che quest’affascinante groviglio di trame, caratteristico dell’epoca e in generale incomprensibile, acquista nelle mani di Carlo Ruspoli una trasparenza inattesa, e il lettore non perde mai il filo del racconto. Con tecniche di narrazione analoghe a quelle cinematografiche – non a caso Carlo Emanuele Ruspoli è cugino dell’attore Bart e del produttore Tao, due Ruspoli nel mondo del cinema – e cercando sempre di mantenere in ordine i pezzi di questo rompicapo macabro e travolgente, l’autore ci offre uno dei romanzi più interessanti e mirabili degli ultimi anni, una lettura compulsiva e straordinariamente amena.

10. Il Professo e i Borgia (in preparazione). Siamo in pieno  Rinascimento. Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli e sua figlia Ginevra decidono di ripartire, questa volta per aiutare a sbrogliare la matassa di alcuni complotti e intrighi contro i Borgia. La famiglia Ruspoli viveva allora in Toscana, Fra’ Siena e Firenze, e non si era ancora trasferita a Roma, per cui non esiste rivalità con le grandi famiglie romane. Considerando che i Borgia e i Ruspoli intrecceranno legami familiari in un’epoca successiva, Gian Galeazzo, con l’aiuto di sua figlia, crea i vincoli opportuni per diventarne un buon alleato. Aprono e dirigono dunque una libreria, diventata subito il centro delle trame romane e il simbolo del clan spagnolo dei Borgia, che governano la città con mano di ferro. Le grandi famiglie romane cospirano per ottenere la caduta del Papa e dei suoi ambiziosissimi figli Giovanni, Cesare e Lucrezia, e considerano la libreria uno degli obiettivi da distruggere. Gian Galeazzo e Ginevra sono pacatamente felici nonostante i tradimenti, complotti, adulterî, guerre e assissinî che li circondano e che tentano di risolvere. Eppure Giovanni Borgia, un giovane che detiene il potere delegato dal padre e che non accetta mai un rifiuto, s’incapriccia di Ginevra. Da questo momento padre e figlia dovranno far fronte al potere di quelli che sono i loro protettori, i Borgia, per salvare la loro dignità. È l’inizio di avventure che porteranno Gian Galeazzo a lottare accanto al Gran Capitán nella conquista di Napoli, diventare un frate per diroccare Savonarola a Firenze, salvare la vita del figlio di Cesare Borgia, lottare contro le navi corsare nel Mediterraneo e a far fronte all’Inquisizione e alla peste a Valencia.

Vorrei inoltre segnalare un altro romanzo  storico, che si svolge dal medioevo alla nostra epoca, il cui personaggio principale, Galeazzo Marescotti, eroe di Bologna, è per le sue straordinarie virtù, uno degli ispiratori del personaggio di Fra’ Gian Galeazzo Ruspoli. In questo romanzo si narra l’origine della famiglia nobile con il capostipite Mario lo Scoto, del clan Douglas. Da Mario lo Scoto nascono i Marescotti.  I Marescotti e i Ruspoli allacciano vincoli di parentela nell’età moderna (1700) e i Ruspoli attuali discendono da quest’unione. È più una storia romanzata che un romanzo storico: la vita di Galeazzo Marescotti è dunque reale e rigorosamente documentata, in particolare nel libro di storia Ritratti, aneddoti e segreti delle casate Borgia, Téllez-Girón, Marescotti e Ruspoli del medesimo autore, editi dalla Real Academia Matritense de Heráldica e Genealogía nel maggio del 2011. Un altro libro di storia portato a compimento, I Bellegarde de Saint-Lary, ha già un’edizione digitale, ma sarà pubblicato in un’edizione cartacea dalla stessa Accademia.



Infine non vorrei tralasciare di segnalare in questa presentazione il mio libro Orientalia , in italiano Oriente, un’analisi antropologica di una trentina di paesi orientali che ho visitato sia per ragioni di lavoro, sia per turismo in tre continenti: Europa, Asia e Africa. Il libro è dedicato a una ventina di amici che mi hanno accompagnato sporadicamente nei miei viaggi. E per terminare, ho scritto anche un libro, ancora inedito, di episodi, storielle e notizie curiose della mia vita professionale il cui titolo è Il Condominio.



11.   Il Gonfaloniere: 535 pagine in formato A5, 88.300 parole. Sinossi: È l’epopea medievale di una potente casata italiana di origine scozzese, i Marescotti, discendenti dal clan Douglas. Il primo di questo lignaggio, Mario Scoto, era fratello del conte Guglielmo Douglas e cugino del re di Scozia. Fu nominato consigliere militare dell’imperatore Carlomagno, salvò la vita al Papa Leone III, fu dichiarato difensore della Fede, nominato cavaliere aurato e senatore di Roma, e ricevette perfino  l’Anello del Pescatore in riconoscenza del suo eroismo. Carlomagno gli concesse il ricco contado di Bagnocavallo come ricompensa alle sue gesta militari. Il racconto delle straordinarie vicissitudini dei Marescotti comprende un periodo di sei secoli, all’inizio con le cronache del contado e più tardi a Bologna, e parla di religione, storia e politica, duelli, battaglie, medicina, sfide e diffide, magia, esoterismo e superstizioni, tradimenti, torture, reliquie, amore ... I Marescotti inoltre furono pionieri in Italia nello stabilire una relazione speciale con gli ebrei con la concessione della loro piena integrazione e partecipazione alla vita pubblica del contado già nel medioevo.

Per avere un’informazione maggiore su tutti i miei libri, romanzi storici, libri di storia, saggi di viaggi, racconti brevi, favole, testi riguardanti temi d’archeologia, architettura, biologia, cultura, economia, esoterismo, genealogia, musicisti, cantanti, scienza, storia, ingegneria, giochi di carte, giurisprudenza e legislazione, marketing, politica, salute, eccetera, io raccomanderei vivamente la lettura dei miei Blogs (con una media di nuovi articoli superiore al numero di giorni dell’anno) e siti Web (che cambiano poco) che hanno superato già i 14.000 lettori e aumentano progressivamente. Un traduttore istantaneo del testo degli articoli nei Blog consente la lettura anche a persone di altre lingue. In ordine d’importanza i principali lettori vengono da: Stati Uniti, Spagna, Messico, Francia, Russia, Inghilterra, Italia, Cina, Belgio, Olanda, Brasile, Canada, Ucraina, Argentina, Germania e Congo. Nel primo Blog, a seguito di molte richieste al riguardo, ho inserito le indicazioni per acquisire i miei libri in versioni cartacee o digitali.

1. https://carloemanueleruspoli.blogspot.com
2. https://elprofesoylamonja.blogspot.com
3. https://hijadelprofeso.blogspot.com
4. https://retratosdeceruspoli.blogspot.com
5. https://fraygiangaleazzo.blogspot.com

I miei dati appaiono anche nelle Web seguenti, di cui la seconda è per presentare i quattro primi romanzi della saga e il libro Oriente:
1. https://sites.google.com/a/carloruspoli.com/www/
2. http://www.carloemanueleruspoli.com